Fundada en París en 1670 -cuando el rey Luis XIV tenía 32 años-, la Maison Herbin se especializó inicialmente en el comercio de lacre, papelería fina y tinta, e importaba goma laca de la India.
En 1798, la Maison cambió de rumbo y apostó por el futuro: mientras seguía produciendo cera y participando en el comercio de papel y colores (pigmentos), lanzó la producción de su propia tinta para escribir por iniciativa de Jacques Herbin, miembro de la cuarta generación.