El Fisher Space Pen fue creado para la exploración espacial, diseñado para soportar condiciones extremas. Tras rigurosas pruebas de la NASA, debutó en la misión Apolo 7 en 1968 y se ha utilizado en todos los vuelos espaciales tripulados de la NASA desde entonces. También se utiliza a bordo de la Estación Espacial Internacional y en los programas espaciales ruso y chino.
Con un cartucho de tinta sellado y presurizado, el Fisher Space Pen escribe en condiciones extremas: bajo el agua, en gravedad cero y a temperaturas de -30°F a +250°F. Dura tres veces más que los bolígrafos normales y tiene una vida útil de 100 años, lo que lo hace perfecto para profesionales de diversos campos.